El reto pedagógico en las escuelas: Descubrir el talento desde la motivación para desarrollar las competencias.
Si podríamos formular una pregunta esencial a los docentes en ejercicio y aquellos que están formando en las universidades e institutos pedagógicos, ¿cómo despertarán los talentos ocultos no de los pocos sino de todos los estudiantes implicados en las diversas situaciones de aprendizaje? a la cuestión planteada, podríamos probar una búsqueda preliminar de aquella variable que influye en el talento y el desarrollo de las grandes capacidades que pueden resolver problemas, es decir las competencias. En efecto, aterrizaríamos en la motivación externa como una actitud que se utiliza para modelar la motivación interna. Esta motivación no es la clásica obligación repetitiva, rutinaria o arbitraria que condiciona a hacer una actividad para el cumplimiento. Se trata de una motivación de logro efectivo basado en la comprensión, el razonamiento, la crítica y la creatividad, y se potencializa con el desafío que invita a seguir buscando. Es el "continuo" del conflicto cognitivo dosificado con cada circunstancia y vivencia del acuerdo con la edad.
A los niños les encanta aprender desde lo concreto y lo lúdico. Entonces, sus experiencias de descubrimiento se enmarcan en situaciones sencillas porque en aquellos que observan, toca y mueve, descubre cómo funcionan los fenómenos que ocurren en sus entornos. De esa manera se construyen los esquemas de pensamiento que se manifiestan en secuencias o patrones cuya operacionalización se puede concretar en estrategias de aprendizaje. Luego, al descubrir estos procesos se genera la verbalización, porque la necesidad de la fuerza creadora del lenguaje lo lleva a revelar, "primero se inicia de esta manera, entonces se da nuestro y concluimos con esto ...".
Este proceso de aprendizaje continuo de esquemas cognitivos utiliza el tiempo necesario para su maduración tal como se desarrolla una planta que crece al paso del riego, del abono y de la limpieza. Así también crecen nuestros estudiantes en sus distintos ritmos y motivaciones, mientras que hayamos estimado el cuidado. Suena fácil, ¿no ?, pero allí está el porqué es necesario que los docentes experimenten sus propias prácticas. Por eso es que necesitan un compañero que les ayude a reflexionar, un mentor para el mar guiado y un líder que lo transforme para el mar también líder por decantación.
Es relevante que las prácticas pedagógicas sean narrativas que nacen desde la experiencia en el aula. Y que a la luz de las teorías y conceptos se contraste la misma con el tejido social escolar. Están llegando los cambios después de la pandemia a las escuelas públicas con los incentivos innovadores de la tecnología digital en la enseñanza. Para que se dé el efecto multiplicador para la mejora de los procesos didácticos y metodológicos con la intromisión tecnológica, las intenciones deben ser auténticas desde los liderazgos. Los directivos que desaprender y sincerar que lo que ellos creían válidos antes de la pandemia, hoy ya no tiene vigencia. Por eso decidimos reformular sus rutinas de gestión desde la reflexión porque los docentes están ahora embarcados en la réplica de la educación remota. Y quién sabe, una modalidad novísima de educación,
* Autor: Juan Luis Condori Gutiérrez. Licenciado en Educación Secundaria en la especialidad de Historia y Geografía. Con estudios de Maestría en la mención de Medición y Evaluación de la Calidad Educativa. Se dedica a la asesoría en la gestión escolar de Instituciones Educativas Públicas y la auditoría pedagógica en procesos de diagnóstico y acreditación de Instituciones Educativas Privadas.
